Dios experimenta y nos demuestra por los sucesos comunes de la vida. Son las pequeñas cosas que revelan los capítulos del corazón. Son los pequeños detalles, los numerosos pequeños incidentes y cortesías sencillas de la vida, que componen la suma de la felicidad de la existencia; y es el abandono de la clase, palabras de aliento y cariñosos, y pequeñas cortesías de la vida que ayudan a formar la desdicha de la existencia. Serán comprobados después de la negación de sí mismo por el bien y la felicidad de los que nos rodean es gran parte del registro de la vida en el cielo. Y demostrará también el hecho de que el cuidado de uno mismo, sin tener en cuenta con el bien y la felicidad de los demás, no escapar a la atención de nuestro Padre celestial. Testimonios, vol. 1, p. 208.